Los medios de comunicación nipones se han puesto de acuerdo en resaltar las cifras económicas, que, según parece, están en alza. Los datos de producción, exportaciones, consumo y empleo se han incrementado en el mes pasado, todo parece indicar que el país camina hacia una recuperación de las cifras anteriores a la catástrofe sísmica de febrero.
También se ha destacado que los gastos en bienes de capital que entran al país han superado los niveles de febrero, pero esto se ha debido, en gran parte, a la demanda y las necesidades en materiales y equipos de construcción, necesarios para recuperar los daños provocados por el fuerte terremoto.
El otro aspecto fundamental en un país carente de recursos -casi de todo tipo- es el del consumo interno que, continúa en alza y ya sólo permanece un 2 por ciento inferior al mes del temblor. La confianza de los japoneses ha provocado un aumento en la demanda de productos en las tiendas que desde hace tiempo funcionan con total normalidad en su sistema de abastecimiento.
Por último, pero no menos importante -qué clasicazo!!!-, debemos destacar los buenos datos del mercado laboral, que como era de esperar, una vez que el consumo y la producción internas comienzan a funcionar, no ha dejado de crecer, lo que nos da una imagen de que la mecánica económica japonesa, unida a su carácter de esfuerzo y sacrificio en breve volverán a colocar al país en el lugar del que lo habían desplazado los desastres naturales.
Esto no viene si no a reforzar la idea de que el esfuerzo conjunto lleva al éxito.
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