Kioto, capital de la Prefectura homónima, fue capital de Japón desde el año 794 hasta 1868, momento en el que la capitalidad se traslada a Tokio. El cambio se incluía dentro de los planes de la nueva dinastía, la Meiji, buscando dar una nueva identidad a la Revolución que estaba en marcha. Era el fin del período de los shogunatos, escenificado en la caída de los Tokugawa.
Durante un corto período de tiempo, y dentro de los cambios referidos, la ciudad fue renombrada como Saikio (que significa capital del Oeste), del mismo modo que la antigua Edo, pasó a ser Tokio (capital del este).
Una de las principales cararcterísticas de la ciudad es la conservación de un gran número de edificios de preguerra, aunque la progresiva modernización los vaya aniquilando poco a poco. Esta singularidad se debe a que su gran patrimonio cultural la salvó de los bombardeos, muestra de ello es el gran número de edificios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: 13 templos budistas, 3 santuarios sintoístas y la fortaleza Nijo.
Con una población de un millón y medio de habitantes, es reconocida como referente mundial en la lucha contra el cambio climático, fruto de la firma del Protocolo de Kioto en 1998.
Como curiosidad, que sepáis que en Kioto se habla un dialecto denominado Kiotoben, que es una derivación del Kansaiben. Si lo que queréis es decir gracias ("arigato"), os recomendamos que aquí uséis la expresión "ooki ni".
Os dejamos unas imágenes de rincones y detalles que vimos en la visita a la ciudad, acabando con el polémico y gran edificio de la estación de ferrocarril de un estilo actual y rompedor con la tradición del resto de la ciudad.
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