Su origen se ha fijado en el siglo X de nuestra era, pero su momento cumbre tuvo lugar durante el período Sengoku, de una gran inestabilidad y salpicada de continuas luchas por el poder entre los distintos clanes existentes -también llamado Período de los estados en guerra-. El liderazgo militar del país continuaría a manos de esta élite hasta la institución del shogunato Tokugawa en el siglo XVII por parte de un poderoso terrateniente samurái (conocidos como daimyō) llamado Tokugawa Ieyasu, quien paradójicamente, al convertirse en shōgun, luchó por reducir los privilegios y estatus social de la clase guerrera, proceso que finalmente culminó con su desaparición cuando el emperador retomó su papel de gobernante durante la Restauración Meiji en el siglo XIX. Si quieres conocer el detalle de su evolución histórica y las fases por las que pasó este grupo puedes consultar la wikipedia.
El período del shogunato, que arranca entre los siglos XI - XII, establecía un sistema similar a una dictadura militar hereditaria que abarcó, de un modo contínuo, aunque con cambio de familias dominantes, entre 1192 y 1867. En este sistema el shogun era el comandante militar.
El shogun, para mantener el sistema y gobernar el país, nombraba a una serie de gobernadores militares (shugo) que guardaban el orden en todo el territorio japonés y servían al shogunato. A cambio de su lealtad al shogun, los shugos recibían tierras. Así el poder político se asoció al poderío militar y a la propiedad territorial. Con el tiempo, los shugos dejaron de ser simples guardias territoriales para convertirse en una versión oriental de señores feudales, llamados daimyo. Estos daimyo o señores consolidaron la primacía del espíritu guerrero en Japón.
En este contexto surgieron los samurai, entendidos como una guardia personal de los daimyo, basados en los principios de la lealtad personal y a la familia. Algunos de estos samurai llegaron a ser miembros de las familias en el poder, otros eran contratos. Para garantizarse su lealtad, los daimyo entregaban tierras y tributos a sus samurai. Con el paso del tiempo el cargo de samurai acabó convirtiéndose en hereditario y llegaron a fundarse auténticas dinastías que acumulaban un gran poder.
Con el nombre de bushido se define el código de ética y conducta que los convirtió en ejemplo para las clases bajas. Una de las características de los samurai es que se les permitía portar las armas supremas de la guerra japonesa, las espadas. Otro aspecto, derivado de los privilegios indicados anteriormente, llegaron a alcanzar privilegios propiso de las clases altas: posesión de tierras y libertad de circulación sin los límites que tenían las clases bajas. Tuvieron el derecho de vida o muerte sobre los comuneros que trabajaban en sus dominios o aquellos que los ofendieran.
Con la abolición de sus privilegios se inicia un período de problemas sociales y, entre los años 1876-1877, una rebelión de los samurai liderada por Saigo Takamón. Los samurai fueron derrotados por las tropas del emperador , armados por tecnología bélica occidental. Tras esta debacle, con unos 20.000 samurais caídos, se acabó el dominio de los guerreros. Actualmente, los samurai no tienen ningún estatus social oficial, lo cual no impide que en las zonas rurales todavía gocen de cierta estima y respeto sus descendientes.
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